FILETEADOR PORTEÑO
Engalana signos y figuras de Buenos Aires a través de un lenguaje plástico con aura plebeya. Fue en los carros grises del siglo pasado donde empezaron a lucirse estas líneas sutiles y curvas de movimientos armónicos, junto a representaciones de una fauna y flora más mitológica que autóctona. Letras vuelteras y sentenciosas en las tablas, o ataviadas en carteles, con luz de llanura o de noche en la ciudad puerto.